Si te identificas con lo anterior y justo ahora sientes una mezcla de pena, nostalgia, arrepentimiento o alguna de ellas es porque ese proyecto si era importante, era mucho más que una opción de ingresos adicionales que podía o no hacerse realidad.
“Si no lo intentas nunca sabrás de lo que eres capaz”, están diciendo en el televisor del cuarto contiguo. Es mi hijo (4 años) viendo en el canal Nick Jr. uno de sus programas favoritos, Blaze and the monster machine; se trata del camión monstruo más rápido de la ciudad Axle llamado Blaze y es conducido por su mejor amigo de 8 años AJ.
Por alguna razón esa frase que se repitió almenos cinco veces durante media hora, me llevó a pensar en un concepto menos afín al vocabulario de los niños y de hecho también extraño para muchos adultos: la procrastinación. Porque aplazamos tanto las cosas? porque dejamos para después? es porque realmente no nos interesan? o es miedo al fracaso? es tan fuerte la zona de confort que siempre nos detenemos?
Dejar para después asuntos que tenemos o queremos hacer debe ser un comportamiento tan habitual en las personas que por algo se le asignó un nombre propio, ha servido como concepto de comunicación en campañas tan reconocidas como las de “Just do it” de la marca Nike (Ver comercial ) o “La vida es ahora” de Visa, y es uno de los principales temas consultados en el mundo de la superación personal.
Pensando en lo anterior es que nuestra más reciente publicación en redes sociales anticipaba el tema de este artículo semanal; allí hay una frase tomada de una las canciones de la banda Coldplay que reza: “but if you never try you will never know” (si nunca lo intentas nunca lo sabrás) e invitábamos al atrevimiento, “atrévete”.
Por supuesto allí nos referimos a los proyectos de negocios que todos tenemos alguna vez en la vida, les suena familiar ?, no tienen que pensar en ser una empresa consolidada, organizada con procesos, alquiler de bodegas y cada vez más empleados (ojalá sea así); en este caso les queremos hablar a los que como yo vieron pasar las ventas de brownies y sanduches de compañeros de la universidad, a los que nunca arrancan los negocios alternos que sueñan cuando hay ahorros, a los que teniendo una idea en la que creen siguen viendo como algunos conocidos promocionan sus nuevos bares, barberías, tiendas de mascotas, coffee shops y cuentas de Instagram empezando conversaciones sobre sus ofertas de sus productos y servicios.
Si te identificas con lo anterior y justo ahora sientes una mezcla de pena, nostalgia, arrepentimiento o alguna de ellas es porque ese proyecto si era importante, era mucho más que una opción de ingresos adicionales que podía o no hacerse realidad, e incluso como en nuestro caso puede ser lo que decidas hacer para ganarte la vida.
Otras formas de detectarlo pueden ser reconocer esa chispa en los ojos cada vez que piensas en la idea, ver con admiración los éxitos de negocios similares, darte cuenta que a pesar del paso del tiempo ese objetivo sigue en la lista de los deseos para el nuevo año cada 31 de diciembre. Si por el contrario esta experiencia no te identifica de la misma manera, está bien si dejas hasta aquí la lectura; para emprender se necesita un alto grado de motivación que será de gran ayuda cuando las cosas no salen tan bien. Sin embargo podrías ayudarnos compartiendo con tus conocidos, con seguridad a alguno le servirá como aliento.
Cuando aquel emprendimiento no puede sacarse fácilmente de la cabeza nuestro consejo es destinar unas horas para pausar la rutina que normalmente no deja pensar y considerar seriamente llevarlo a cabo. Recuerdo la primera vez que pensé en ofrecer servicios de consultoría en marketing para pymes, alcancé a diseñar un blog con el nombre de Pymerketing pero como sólo se lo conté al tipo que veía en el espejo no paso de ser una intención. (sucedió en el 2.007).
Por dónde empezar ? aquí unos pasos que nos ha dado la experiencia:
Tip: Pregúntate: Puede ser que te sientas en capacidad de llevar por si sólo los 6 puntos anteriores, pero pregúntate si es así o si en algunos de ellos (sobre todo a partir del cuarto) podría venirte bien una asesoría para afinar tus avances. Aquí nuestra oferta de Consultas Express para “Personas”
Ya habrás escuchado que todos los extremos son malos y en en este caso sí que es acertado. Te alentamos a emprender ya esa idea que sigues aplazando, no tienes que tener todo perfectamente medido y analizado porque eso no sucede en la vida real de los negocios, pero tampoco recomendamos abrir un negocio sin ninguna consideración previa como el adulto que lanza a la piscina al niño que no sabe nadar y “que se defienda como pueda”, porque que te puedes ahogar. Esperamos que estas líneas hayan servido de motivación para por lo menos considerarlo, si a estas alturas ya reconoces que ese proyecto es un sueño no lo pospongas más, vence a la procrastinación de un solo tajo y demuéstrale que el temor se convirtió en valentía, no dejes pasar más tiempo.
Estamos de acuerdo en que nunca es tarde para comenzar, pero no todos tendremos la suerte del Coronel Sanders, el fundador de los restaurantes KFC (Kentucky Fried Chicken), quien se hizo millonario a los 74 años.
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